El líder de Perú Libre se alista para asumir la Presidencia peruana. No obstante, tiene severos obstáculos que necesita sortear si quiere culminar su mandato y cumplirle a sus electores.
A la espera de la proclamación oficial como ganador de la segunda vuelta presidencial, Pedro Castillo se alista para asumir la Presidencia peruana. No obstante, tiene severos obstáculos que necesita sortear si quiere culminar su mandato y cumplirle a sus electores. Aquí precisamos algunos de los más importantes.
1. Juramentarse
El primer reto que tiene Castillo es el de juramentarse.
Lo que en cualquier momento sería un proceso protocolar, en este es un verdadero desafío porque apenas conocido el resultado, ya las elites políticas, mediáticas y económicas, así como los militares retirados e ‘influencers’ de redes sociales, han exigido a las Fuerzas Armadas que impidan la asunción del nuevo presidente, que debería ocurrir el próximo 28 de julio.
Keiko Fujimori desconoce el resultado de las elecciones sin otra justificación que la moral
La estrategia de la candidata perdedora, Keiko Fujimori, se ha basado en obstaculizar la toma de posesión, pidiendo la anulación de actas electorales provenientes de territorios donde arrasó su contrincante. Todo su discurso ha consistido no en comprobar o dar elementos que justifiquen que ha habido un fraude electoral, sino en argumentar que el candidato es un ‘socialista’, de ‘izquierda’ y ‘estatista’ que va a llevar a Perú por caminos de quiebra económica. Es decir, desconoce el resultado sin otra justificación que la moral.
No solo ella, sino que varios presentadores de televisión y exmilitares, entre otros, están pidiendo ya desconocer la legitimidad del nuevo presidente.
Así, el primer objetivo de Castillo es desactivar el golpe de Estado al que están llamando públicamente tanto la candidata oponente como los actores del ‘establishment’.
A su favor, puede mencionarse el comunicado que tempranamente publicaron las Fuerzas Armadas rechazando el pedido de desconocer los resultados y los intentos de producir una salida antidemocrática.
2. Negociar con el Congreso
El Congreso en la Constitución peruana tiene un peso bastante ilimitado. Puede declarar con cierta facilidad la vacancia presidencial y sustituir legalmente el presidente. Los últimos años esto no ha cesado de ocurrir, con tres presidentes desde 2018.
De esta manera, Castillo va a tener que hacer flotar su vena pragmática, su capacidad de negociación y ganarse a la mayoría del Congreso para impedir cualquier intento de derrocamiento por la vía legislativa.
3.- Estabilización económica
Pero el principal reto que tiene es el de mantener la estabilidad económica.
En Perú el Estado es económicamente débil después de 30 años de neoliberalismo. Pero a su vez es un país con una economía que hasta antes de la pandemia se encontraba en auge. Sus sueldos han sido, los últimos años, de los más apetitosos de América latina.
Este es quizá el principal desafío; una mala jugada puede provocar un descalabro económico que será utilizado por las élites y los medios para llevar al traste su gobierno
Apenas se supo que ‘el Profe’ sería el nuevo presidente, el dólar se disparó y la prensa habló de un aumento en los precios de los productos alimenticios y otros rubros.
Por una parte, los mercados pueden sentirse intranquilos con su triunfo. Por otro, puede intensificarse la fuga de capitales que ya existe. Pero además, los medios y las redes pueden jugar de manera importante en que prevalezca un ambiente de intranquilidad que puede generar zozobra e inestabilidad económica, especialmente en el tema de los precios y del dólar.
Así las cosas, Castillo debe buscar una fórmula de transición de gobierno que aplaque el nerviosismo y asegure al país que no va a introducir cambios radicales, como férreos controles, que alienten la escasez y el alza de precios desconsiderada.
Este es quizá el principal desafío en el corto y mediano plazo, porque una mala jugada puede provocar un descalabro económico en el país que será utilizado por las élites y los medios para llevar al traste su gobierno.
4.- Ganarse al fujimorismo popular
Otro reto, ya de carácter electoral o hegemónico (según el enfoque), tiene que ver con conquistar a los sectores populares, especialmente urbanos, que se han mantenido dentro del fujimorismo o que lo han acompañado por miedo a su victoria.
Esto no es del todo difícil. Va a depender primero que nada del descalabro en el fujimorismo, si definitivamente le imputan a Keiko los 30 años de prisión que pidió la Fiscalía debido a aceptar sobornos de Odebrecht y lavar dinero proveniente de la corrupción.
Si Fujimori, por prisión o por imposibilidad política, no puede mantener el liderazgo de la oposición, habrá una tendencia hacia la desafiliación del fujimorismo, lo que efectivamente ha venido ocurriendo hace ya décadas, aunque logra mantener un nicho sólido importante.
En la medida que las clases populares consideren al gobierno de Castillo una gestión proclive a defender los intereses del pueblo más humilde, entonces puede producirse una adhesión de los sectores populares y medio-bajos que no lo han acompañado en el evento electoral.
5.- Ejecutar un programa de cambio
El tema más difícil que tiene Castillo, a largo plazo, es cumplir con el proyecto de transformación profunda que ha ofrecido durante su campaña electoral.
Esto se complejiza debido a las altas expectativas y a ofertas maximalistas de su discurso.
Seguramente los primeros meses tendrá un margen de maniobra mayor y podrá generar movimientos simbólicos que permitan una mayor adhesión a su figura, especialmente en los sectores rurales de donde proviene.
Castillo tendrá que lidiar con un alto clima de conflicto que parece inevitable y con los escándalos que va a producir el entramado mediático en su contra
Pero más a largo plazo tendrá que generar políticas públicas exitosas que tiendan hacia la transformación en cuanto a disminuir la pobreza, fortalecer el Estado, nacionalizar áreas estratégicas, atender a los sectores humildes, generar vías para enfrentar la exclusión social o fortalecer los sistemas educativos y de salud.
Una verdadero reto para el actual Perú neoliberal y, además, un duelo contra los poderes económico, político y mediático.
De esta manera, Castillo tendrá que lidiar con un alto clima de conflicto que parece inevitable si continúa su rumbo de cambio social y con los escándalos que va a producir el entramado mediático en su contra.
Son encrucijadas realmente difíciles de transitar bajo un sistema que privilegia lo privado sobre lo público, pero los progresistas de América latina y Perú apuestan porque la vía de Castillo sea exitosa y pueda levantar una propuesta regional de cambio social efectiva.
RT Noticias en Español/Ociel Alí López.