Cuando el alcalde capitalino Nasry “Tito” Asfura anunció un incremento en la tasa vial superior al 150% comenzaron las quejas de los transportistas y la incomodidad de los propietarios de vehículos que consideraban esta alza como “grosera y abusiva”.
Pero el alcalde capitalino en forma visionaria cuando sintió “pasos de animal grande”, se reunió con los transportistas de buses y los taxistas que amenazaban con sitiar la ciudad capital e inmediatamente llegó a un acuerdo rebajando sus tarifas entre un 35 y 40% resultando producto de esas negociaciones, “favorecidos” todos los que son propietarios de vehículos cuyos modelos son anteriores o del 2012.
Al final “Tito” Asfura salió en “caballito blanco” con un fuerte incremento en sus ingresos para el 2018 que le permitirá recaudar adicionalmente 300 millones aproximadamente por concepto de tasa vehicular pues solo aceptó reducirlos en menos de 100 millones de lempiras de los 400 millones originalmente estimados. Con estos ingresos adicionales, podrá balancear cómodamente su presupuesto lo que le permitirá cubrir las deudas que viene arrastrando y algunas obras inconclusas con las aportaciones que la esquilmada población capitalina se verá obligada a pagar.
Pero si “Tito” Asfura ha logrado salir en “caballito blanco” al gobierno del Presidente Juan Orlando Hernández, le será más difícil salir bien librado financieramente de las negociaciones con el sector transportista, pues representan miles de millones de lempiras considerando que no se conformaron con los 8.0 millones de dólares que les ofrece el BID ni con los 350 millones que les ofrece Finanzas.
Así que mientras “Tito” Asfura ha logrado incrementar los ingresos de su gobierno local, al gobierno del Presidente Hernández le tocará dormir con la fea. La eventual disminución presupuestaria del país podría ascender a 13,800 si se derogara totalmente el impuesto a los combustibles, pero supongamos que solo se reduzca en un 25%, entonces Finanzas se vería afectado en sus ingresos por lo menos en 3,450 millones aproximadamente más los 1,200 millones que ha perdido producto de las reformas del 1.5% del Impuesto Sobre la Renta aplicada a los empresarios, sumaría una reducción total de 4,650 millones de lempiras, de dónde se deduce, que esa petición de los transportistas que tanto halaga a los hondureños, es ilusoria.
Pero si en las negociaciones de los transportistas con “Tito” Asfura resultaron “beneficiados colateralmente” los dueños de automotores particulares quienes han soportado estoicamente la paralización nacional del sector transporte, pues han demostrado al gobierno ser una fuerza capaz de paralizar no solo la capital sino que el país entero, no por ello, dejarán de ser objeto del escrutinio público sus negociaciones con el gobierno especialmente, si al final, el pueblo resulta burlado.
Y es que existen razones de peso para suponer que aún cuando el gobierno eventualmente cediera a las rebajas del precio de los combustibles en un 25%, se tornará insostenible en el tiempo por los incrementos a los precios que sufren los combustibles a nivel internacional y el deslizamiento constante de la moneda nacional por lo que es lógico suponer, que este beneficio temporal al pueblo, se esfumará en un breve espacio de tiempo.
En cambio los transportistas, pueden negociar con el gobierno: Incrementos de tarifas al transporte, financiamiento blando para compras de nuevas unidades, exoneraciones aduaneras en vehículos, repuestos y otros beneficios que solo favorecerán a una élite empresarial. Pero eso, podría ser catastrófico no solo para los mismos transportistas sino para el gobierno nacionalista en el poder.
El alcalde Asfura por su parte, aunque temporalmente ha logrado solventar su problemática financiera, la realidad es que con su incremento a la tasa vial ha encendido la mecha que podría convertirse en el detonante de una clase media aletargada y empobrecida.
Por ello se concluye, que a “Tito” Asfura se le “pasó la mano” con el famoso incremento a la tasa vehicular, los transportistas posiblemente logren sus objetivos económicos, pero seguirá latente la inconformidad de toda una nación.
Publicado por La Tribuna
