Patastera ideológica

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En los procesos electorales del 2013, Libre emergió con pujanza convirtiéndose en la segunda fuerza política pues el Partido Liberal había pasado a una tercera posición aunque con el paso de los años, Libre ha perdido beligerancia por lo que recientemente ha tenido que conformar una alianza partidaria con el PINU y el líder del PAC Salvador Nasralla denominada Alianza de Oposición o de La Esperanza todo con el fin de unir fuerzas que les permitan enfrentar con mayores garantías de éxito al Partido Nacional en las elecciones generales del 2017.

Tanto al PINU como al PAC se les ha considerado partidos de centro derecha por lo que muy pocos comprenden este tipo de arreglos políticos. El PINU en esta etapa de su vida política, intenta hacer valer su tendencia Social Demócrata, ideología doctrinaria que no ha penetrado en la conciencia del electorado. Tan es así, que en las elecciones generales del 2013, apenas logró obtener un diputado al Congreso Nacional lo cual evitó que ese instituto político desapareciera.

El PAC por su parte, emergió en dicho proceso electoral, como una cuarta fuerza política enarbolando la bandera de la anticorrupción sin embargo, no logró consolidar sus estructuras partidarias y mantener cohesionado el liderazgo en torno a Nasralla por lo que la mayoría de los diputados, tomaron su propio camino que inevitablemente conduciría a sus raíces políticas que no eran otras, que las del Partido Nacional.

Las disensiones al interior de Libre y PAC los han debilitado pero ha sido este último partido político, el más afectado al extremo, que Nasralla ha terminado fuera de las estructuras de su instituto político. Los factores predominantes que han afectado a Nasralla se le adjudican a su controversial personalidad y la volubilidad de su carácter sin obviar por supuesto, los efectos negativos que le ha acarreado su férrea oposición hacia el Presidente Juan Orlando Hernández que aunados a sus erráticas decisiones de desconocer la autoridad del TSE, lo han dejado en la orfandad política pues carece de una estructura partidaria que sustente su candidatura.

Pese a lo anterior, no puede ignorarse que tanto Zelaya como Nasralla siguen siendo figuras emblemáticas en sus respectivos partidos políticos y aunque ahora el líder del PAC se encuentra bajo la égida del coordinador de Libre, tampoco puede inferirse que este partido tiene el “sartén por el mango” porque es de conocimiento público, que Nasralla es un personaje impredecible y que por tanto, tenerlo a la cabeza de la Alianza es un albur tanto para Libre como para los Zelaya Castro.

Es por ello, que resulta incomprensible la decisión adoptada recientemente por el expresidente Zelaya y la excandidata presidencial de Libre Xiomara Castro de cederle a Nasralla la candidatura presidencial de la Alianza Opositora aunque seguramente existen razones políticas de peso que podrían justificar sus decisiones.

Una de ellas pudiera ser, que los Zelaya Castro, comprendieron que necesitaban un outsaider de la política ante la pérdida de beligerancia de Libre entre los grupos de izquierda y organizaciones populares que le dieron sustentación y que por tanto, necesitaban ceder la candidatura presidencial para reorientar sus esfuerzos a lograr el control del Poder Legislativo a través de las diputaciones.

Además se supone, que reconocieron la necesidad de revitalizar y oxigenar tanto a Libre como al PAC y Nasralla se presentaba como la mejor opción por ser una figura mediática y por su audacia de enfrentar con energía al candidato del Partido Nacional que figura como el principal opositor de la Alianza.

Y si bien es cierto, existía la posibilidad de conformar una alianza política con el candidato del Partido Liberal Luis Zelaya quien se le supone menos vulnerable políticamente y figuraba como una opción de triunfo, la balanza terminaron inclinándola a favor de Nasralla porque la coordinación de Libre, en sus análisis, seguramente consideró que el líder del PAC, se ajustaba a sus necesidades e intereses políticos.

Aunque existen diversas razones políticas que justifican la Alianza Opositora hasta el momento, como diría Matías Fúnez, luce como “una patastera ideológica” sin embargo, si nos atenemos a lo que reflejan las redes sociales, no puede ignorarse que la clase media se siente golpeada por los impuestos y el desempleo por lo que busca afanosamente un outsaider que pudiera ser Nasralla o Luis Zelaya y aunque el Presidente Hernández tiene fortalezas que pudiera beneficiar su reelección todo indica, que de lograrlo, podría enfrentarse a un poder dividido y un bipartidismo debilitado si Luis Zelaya no repunta en las encuestas.

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