La secretaria de Seguridad Interior de Trump dimite en plena escalada de la crisis migratoria

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El rostro de la ofensiva antinmigración de la Administración estadounidense abandona el puesto que será ocupado por Kevin McAleenan de forma interina

La Administración de Donald Trump sufre una nueva baja. En plena escalada de llegadas de familias sin papeles a la frontera y con la declaración de emergencia nacional de telón de fondo, Kirstjen Nielsen ha presentado este domingo su dimisión al cargo de secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés). Desde que asumió el puesto en diciembre de 2017, Nielsen ha sido la encargada de defender las políticas antinmigratorias de la Administración, entre ellas la separación de familias migrantes. El mandatario informó a través de su cuenta de Twitter que Kevin McAleenan, comisario de la guardia fronteriza, ocupará el puesto de manera interina. La experta en ciberseguridad se reunió este lunes con legisladores para coordinar su salida, que se llevará a cabo este miércoles.

Trump anunció la partida de Nielsen después de que ambos se reunieran en la Casa Blanca durante media hora, en una cita que no estaba en el programa oficial. Según fuentes cercanas a la Administración, citadas por The New York Times, la futura exsecretaria del DHS no tenía previsto dejar su puesto, pero se habría visto presionada a hacerlo. Minutos después del tuit del presidente en el que daba a conocer la inesperada noticia, Nielsen compartió su carta de renuncia: ” Espero que el próximo secretario cuente con el apoyo del Congreso y de los tribunales para fijar las leyes que han imposibilitado nuestra capacidad de asegurar totalmente las fronteras de EE UU”.

Nielsen fue responsable de liderar algunas de las políticas más polémicas de esta Administración, como aumentar las fuerzas de seguridad en la frontera -incluido un episodio donde arrojaron gases lacrimógenos a los migrantes-, la separación de las familias sin papeles y los esfuerzos para construir un muro con México. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo la valla que se levantaba era entre ella y Trump. En numerosas ocasiones el mandatario la criticó por no ser lo suficientemente agresiva en sus esfuerzos por detener la ola migratoria, exigiéndole que tomara medidas que su departamento ni siquiera podía ejecutar.

Este lunes, en su primera aparición publica desde la renuncia, Nielsen aclaró que comparte la visión del presidente respecto a asegurar la frontera y que apoyará los esfuerzos para abordar la crisis humanitaria y de seguridad allí. Las reuniones que mantuvo esta mañana con funcionarios y miembros del Congreso tenían como objetivo asegurar una transición sin problemas para McAleenan, su sucesor, considerando “la gran variedad de misiones” que está desarrollando actualmente el Departamento de Seguridad Nacional, explicó la futura exsecretaria a las afueras de su casa.

Nielsen se incorporó al Gobierno de Trump desde los cimientos en enero de 2017. Primero ejerció como mano derecha del entonces secretario del DHS John Kelly. Cuando el general Kelly fue nombrado jefe de gabinete de la Casa Blanca en julio de ese año, Nielsen se fue como su mano derecha, pero un par de meses después volvió al departamento de seguridad, esta vez como su secretaria; la personalidad más joven en llegar al puesto.

A pesar de los rifirrafes internos, la experta en ciberseguridad se había convertido en el rostro de las políticas de mano dura impuestas por el Gobierno estadounidense. El mes pasado defendió la declaración de emergencia nacional hecha por Trump para garantizarse los fondos destinados a uno de sus proyectos insignia: el muro en la frontera con México. Nielsen ya había trabajado para el Departamento de Seguridad Interior durante el Gobierno de George W. Bush y como asesora especial del expresidente republicano en asuntos de seguridad.

El anuncio llega en un delicado momento en materia de seguridad en los límites del país norteamericano. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ha anunciado que el sistema está “colapsado” tras una escalada en la llegada de familias sin papeles a la frontera entre México y Estados Unidos. En marzo, las patrullas fronterizas detuvieron “al menos” a 100.000 inmigrantes en la frontera. La mayoría de ellos familias provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador en busca de asilo.

El Departamento de Seguridad Interior, creado tras los atentados del 11-S, es uno de los bastiones de la actual Administración, al ser el encargado de vigilar las fronteras de EE UU y detectar amenazas terroristas. Entre sus labores figura la gestión de la política de deportaciones de inmigrantes indocumentados, el veto a visitantes de determinados países y la protección frente a injerencias externas. Fue, de hecho, el departamento encargado de comunicar los intentos de pirateo informático rusos a centros de votación durante la pasada campaña electoral.

La abrupta decisión de Nielsen se produce solo unos días después de que el presidente estadounidense echara marcha atrás en el nombramiento de Ronald Vitello como jefe de la policía de inmigración de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). “Vamos en una dirección un poco diferente. Ron es un buen hombre. Pero vamos en una dirección distinta. Queremos ir en una dirección más fuerte”, apuntó el presidente Trump sobre Vitello, quien actualmente ocupa dicho puesto de forma interina. Nielsen, otra vez, no compartió la resolución del presidente. Washington. El País/Antonia Laborde.

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