El síndrome Cristiano asoma en el Real Madrid

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El debut de los de Lopetegui evidencia la necesidad de remplazar al luso, que en sus nueve años de blanco firmó el 40 % de los goles del equipo y disparó los registros anotadores del club

Julen Lopetegui ha proclamado en su dos primeras conferencias de la temporada que tiene ante sí un reto mayúsculo en el Real Madrid. El desafío, de extrema dificultad, no es otro que reconstruir de manera inmediata un nuevo equipo sin Cristiano Ronaldo, el máximo goleador de siempre del club y el jugador más influyente en la etapa reciente en Chamartín. Su llegada en 2009 transformó al Madrid y su legado en nueve temporadas solo es comparable al que dejó Alfredo Di Stéfano. Por el caminó dejó cuatro Champions y unos registros anotadores solo igualados por Lionel Messi en la época actual: 450 goles en 438 partidos, más de un tanto por encuentro. Reducir al mínimo el impacto de su marcha y ser capaz de reemplazar sus cifras son el encargo más importante de Lopetegui en su nuevo puesto. Lograrlo marcará, casi con total seguridad, su futuro en el Madrid. La pasada madrugada, en su estreno con derrota ante el Manchester United, comprobó que el vacío goleador dejado por Cristiano es una realidad peligrosa.

El técnico, comedido en sus primeras declaraciones, lo deslizó en Miami. “Hemos tenido innumerables situaciones de gol”, dijo. Solo entró una. En el primer día sin Cristiano, el Madrid evidenció que necesita incorporar pólvora arriba. Su dominio resultó estéril y en la primera mitad, con Benzema y Bale, los dos hombres llamados a liderar el ataque de Lopetegui, formando tridente con Vinicius, solo disparó una vez una puerta. Para los jugadores, superar el shock de no contar en el césped con la determinación y el oportunismo de Cristiano no será sencillo.

Su llegada al Madrid supuso un impacto directo en los registros goleadores. En las nueve temporadas anteriores a su fichaje, el equipo blanco anotó 986 goles en 500 partidos oficiales. Un promedio de 1,97 dianas por encuentro. Cristiano disparó las cifras: 392 goles más en sus nueve años de blanco. En 519 partidos se anotaron 1.378 goles, 2,7 cada 90 minutos. El efecto fue inmediato y se prolongó de manera continuada y ascendente hasta el pasado verano. Su primer año, el menos productivo de su trayectoria en Chamartín con 33 tantos, el Madrid ya anotó 15 goles más en dos partidos menos que el curso anterior. La cifra no dejó de aumentar. El punto máximo, los 174 goles del curso 11/12 con una media de tres tantos por encuentro. Aquel año el atacante superó por primera vez la barrera del gol por partido. Desde entonces solo en la temporada 16/17 se quedaría por debajo.

Cristiano puso el fin a su etapa en el Madrid con 450 goles en 438 partidos. En ellos, los blancos sumaron un total de 1.167, por lo que el luso firmó prácticamente el 40% de la producción anotadora. La pérdida es drástica, más aún si se tiene en cuenta que la marcha de James, Morata y Mariano en 2017 ya provocó un problema goleador que desenganchó al equipo de la pelea por la Liga en el primer trimestre del curso. La salida de los tres jugadores dejó un vacío de 36 goles. Si ahora se suman a los 44 que firmó Cristiano la temporada pasada, el déficit asciende a 80, un 55% de todos los que anotó el último Madrid de Zinedine Zidane (148).

Pocos nueves en el mercado

En el club ya eran conscientes entonces de que necesitaban incorporar un goleador. En estos momentos, esa necesidad se ha convertido en una obligación atendiendo a que sus dos únicos atacantes de nivel, Bale y Benzema, tan solo firmaron 33 goles la temporada pasada, once menos que el luso. No fue algo esporádico. En 412 partidos con el Madrid, el francés registra 192 goles; Bale, 88 en 189. La media dista mucho del tanto por partido que ha promediado Cristiano en nueve años. Pero el problema no reside únicamente en que el equipo no disponga de una figura capaz de asegurarle una cifra de entre 30 y 40 goles por temporada, sino que tampoco encuentran ninguna de su agrado en el mercado.

Sus dos opciones prioritarias se han desvanecido en los dos últimos años. Primero fue Kylian Mbappé, quien se decantó por el PSG hace 12 meses, y ahora Neymar Jr. Por el camino el Tottenham les avisó de que no dejaría salir a Harry Kane por menos de 300 millones de euros y Mo Salah renovó su contrato por el Liverpool. Descartada ya la incorporación del brasileño, el club ha llegado a plantearse incluso no contratar a nadie. De los disponibles, solo tres han alcanzado las cifras que requieren en en el Bernabéu: Robert Lewandowski, que firmó 41 goles con el Bayern, club que se ha mostrado dispuesto a abandonar; Edinson Cavani, 40 tantos y también con opciones de mudarse de París; y Mauro Icardi, que firmó 29 dianas en el Inter de Milán, equipo que se le empieza a quedar pequeño.

La necesidad de reemplazar la huella de CR es una realidad tan prioritaria como compleja para el Madrid. Las opciones son pocas y el riesgo máximo.

EL PAÍS

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