Volgogrado ha visto la consagración de una nueva estrella: Musa, que esperó al segundo tiempo para lucirse por partida doble ante Halldórsson.
Los golazos, más que escucharse en las gradas del Volgogrado Arena, resonaron en Argentina, donde la hinchada ‘albiceleste’ se aferró al buen hacer de los nigerianos para doblegar a los graníticos islandeses.
Comenzó avisando Islandia con un tiro libre de Sigurdsson y posterior corner en el minuto 2. Luego se desarrolló un juego espeso, que se diluyó acabando la primera parte, que se puso muy interesante al final, cuando un sacó Sigurdsson una falta lateral y el esférico se paseó por delante de la portería nigeriana. Finnbogason llegó a tocar, pero con la espalda. Mientras que Brian Idowu vio la primera amarilla del encuentro en el minuto 44.
Cambio de roles
A medida que pasan los minutos Nigeria se sacudió del asedio ‘vikingo’, se creció y trató de matar el partido. Islandia comenzó a padecer físicamente y ahora los que ríen son los aficionados nigerianos en el Volgogrado Arena (y los argentinos).
Los hombres del dentista metido a entrenador, Heimir Hallgrímsson, estuvieron dominando los primeros minutos, mostrándose mucho más ofensivos que frente a Argentina. Los ataques islandeses fueron como esa gota constante que termina por romper la roca, pese a que Uzoho hizo gala de todo su repertorio para evitarlo y mantener a los suyos con vida.
Los islandeses que jugaron sin el medio Johann Berg Gudmundsson, lesionado ante Argentina, tenían claro lo que debían hacer: “Siempre que todos reman en la misma dirección, todo es posible en el fútbol. Debemos mantenernos unidos”, dijo el capitán Aron Gunnarsson, pero el físico no les dio.