Miles de culés celebran el doblete del Barça con los jugadores

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Iniesta fue el gran protagonista en una fiesta más comedida que en anteriores ocasiones

El Barcelona celebró este lunes por la tarde la consecución del octavo doblete de su historia un día después de proclamarse matemáticamente campeón de Liga. Miles de personas salieron a la calle para ver a sus ídolos y festejar con ellos los títulos de Liga y Copa por las calles de la capital catalana durante dos horas.

Amigos, parejas, y sobre todo niños, disfrutaron durante el recorrido de 4,5 kilómetros que partió del World Trade Center del Puerto de Barcelona y terminó en la plaza de Doctor Ignasi Barraquer, en Sarrià. Encima de un autobús descapotable de dos pisos, presidido en su parte superior por una réplica de ambos trofeos, y escoltada por la Unidad Montada de la Guardia Urbana, uno de los grandes protagonistas fue Andrés Iniesta en la que será su última celebración después de anunciar el fin de su etapa como jugador del Barça.

Además de Iniesta, otros de los jugadores más coreados fueron Leo Messi Gerard Piqué, todos ellos, como el resto de la plantilla, con camiseta conmemorativas de este histórico doblete. Fue una rúa un poco más comedida que en otras ocasiones. No corrió el alcohol desde el inicio ni hubo desmadre en el autobús, aunque algunos alucinaban con lo que estaban viviendo, sobre todo los nuevos, como Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé o Yerry Mina, que sufrió un pequeño percance con el confeti.

Esta vez, la cerveza cedió el protagonismo a los teléfonos móviles, que los futbolistas azulgrana utilizaron con avidez para grabar vídeos de los mejores momentos o hacerse ‘selfies’ que casi de forma automática subían a sus redes sociales.

No fue el caso de Andrés Iniesta, que durante muchos momentos se aisló de la fiesta tecnológica que habían montado sus compañeros para saborear, a su manera, su última celebración como azulgrana. Con aire ausente, Iniesta estuvo gran parte del trayecto pendiente de devolver el cariño que le regalaban los aficionados desde las calles, mientras parecía ajeno a lo que pasaba dentro del autobús.

También optó una celebración más comedida el entrenador, Ernesto Valverde, quien como siempre pareció sentirse más cómodo en un segundo plano y cedió el protagonismo a sus jugadores.

Tomado de La Vanguardia

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