Trump se da 24 horas para decidir si ataca a Siria por la “atroz” matanza de Duma.

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Publicado por El País/ Jan Martínez Ahrens. Washington.

“Lo ocurrido es bárbaro e inadmisible; estamos estudiando la respuesta. Nada está descartado”, amenaza el presidente estadounidense.

La maquinaria se ha puesto en marcha. El terrible ataque contra la ciudad siria de Duma, con 49 muertos, ha desatado las iras del presidente Donald Trump y activado la búsqueda de una respuesta contundente con sus aliados. Pese a los desmentidos de Moscú y Damasco, Estados Unidos considera que se trató una agresión con armas químicas perpetradas por las fuerzas de Bachar El Asad. “Es atroz, bárbaro e inadmisible, en 24-48 horas tomaré una decisión. Nada está descartado”, amenazó el presidente estadounidense.

Trump ha puesto rumbo de colisión. El domingo, en una serie de tuits incendiarios, acusó a El Asad de la matanza, responsabilizó a Vladímir Putin por apoyarla y aseguró que Siria iba a pagar un “alto precio”. Este lunes, el presidente dio un paso más. “Esto es algo que afecta a la humanidad y no podemos consentirlo. Estamos estudiando lo ocurrido detenidamente y hemos tratado de alcanzar a la gente que está allí [en Duma], pero está cercado. ¿Si son inocentes por qué no nos dejan entrar? Si ha sido Rusia, si ha sido Siria, si ha sido Irán, si han sido todos juntos, lo vamos a resolver”, afirmó ante los periodistas.

La naturaleza de su decisión es un misterio. Pero el giro radical que ha tomado su gabinete, con la entrada del halcón John Bolton, como consejero de Seguridad Nacional, y la designación del director de la CIA, Mike Pompeo, como futuro secretario de Estado, apuntan a una intervención militar. No sería la primera en Siria y además casaría con la línea roja establecida hace un año por el propio Trump, cuando ante una matanza similar del régimen sirio, Washington arrasó con 59 misiles Tomahawk la base aérea de Shayrat (Homs).

El ataque mandaría además una señal clara a quienes han creído que Estados Unidos flaquea en Siria. Una idea que alimentó el propio Trump al manifestar hace una semana su deseo de repatriar a los 2.000 soldados desplazados y abandonar el conflicto. Vacilación que, como en un desafío, vino seguida de la brutal agresión a Duma. “No hacer nada ahora sería un fracaso moral y estratégico”, ha escrito el presidente del think tank Consejo de Relaciones Exteriores, Richard Haas.

Bajo estas coordenadas, la Casa Blanca se ha adentrado en un debate sobre el alcance de su respuesta. Perdido el factor sorpresa, los expertos consideran que Estados Unidos tiene dos opciones en caso de intervención: un castigo militar aún más duro que el infligido en 2017 a Siria o una acción conjunta con sus aliados que muestre su poderío y amplifique su legitimidad.

A esta última posibilidad correspondería la llamada que el domingo por la noche hizo Trump al presidente francés, Emmanuel Macron. “Ambos líderes condenaron con fuerza los terroríficos ataques con armas químicas en Siria y acordaron que el régimen de El Asad tenía que pagar por sus continuos abusos a los derechos humanos. Acordaron intercambiarse información sobre la naturaleza de los ataques y coordinar una respuesta fuerte y conjunta”, señaló en un comunicado la Casa Blanca.

Otra pata de la estrategia internacional de la Casa Blanca descansa en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos y sus aliados convocaron para este lunes por la tarde por la vía de urgencia una sesión para forzar la apertura de una comisión de investigación que pusiera contra las cuerdas a Damasco y Moscú. “Los informes sobre el uso de un ataque con armas químicas son profundamente desalentadores. Es vital investigarlos urgentemente y dar una respuesta internacional”, afirmó un portavoz del Gobierno británico.

En el borrador de resolución se propone al Consejo de Seguridad la puesta en marcha de una investigación independiente para determinar en 30 días la responsabilidad del ataque químico. Hasta ahora el intento de crear una comisión de este tipo ha sido vetado por Rusia. Un nuevo rechazo de Moscú aumentaría exponencialmente la posibilidad de intervención estadounidense, aparte de que Putin quedaría, como en otras ocasiones, salpicado. “Lo primero que tenemos que aclarar es por qué aún se están empleando armas químicas, cuando Rusia en 2014 se erigió en garante de su retirada total en Siria”, señaló el secretario de Defensa, Jim Mattis. El presidente fue más lejos: “Si Putin ha sido responsable, pagará por ello. Todos pagarán”. La cuenta atrás ha empezado.

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