EE UU reduce en un 13% los intercambios comerciales con China en la primera mitad del año

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México se afianza como su principal socio comercial entre enero y junio, en plena escalada entre Washington y Pekín

La cruzada proteccionista de Donald Trump contra China empieza a verse reflejada, también, en el plano estadístico. El déficit comercial con su gran rival económico a escala global se redujo un 10% durante el primer semestre del año, hasta los 167.050 millones de dólares cuando se compara con el mismo periodo de 2018. Se explica por una caída del 12% en las importaciones de bienes. La misma tendencia se observó en junio.

El gigante norteamericano recibió productos chinos por valor de 219.050 millones durante los primeros seis meses del año. La caída en las importaciones provocó que China se mantuviera como su segundo socio comercial, con un volumen total de los intercambios de 271.050 millones tras caer un 13%. Ya le superó a comienzos de año México. En su caso subieron un 3%, a 308.900 millones, afianzando su puesto como primer exportador a EE UU.

El déficit con México en el apartado de bienes se disparó. Lo hizo cerca de un 34% en junio, a 9.850 millones, y en el semestre, a 50.330. Esta tendencia puede ser el reflejo de que las compañías estadounidenses buscan alternativas para esquivar el coste de los aranceles. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya indicó que México sería la principal beneficiada del litigio. Aun así, la economía mexicana no ha dejado de desacelerarse en los últimos meses.

La balanza comercial se publica un día después de que Trump anunciara que EE UU va a imponer aranceles a todos los productos chinos desde el 1 de septiembre. Ya aplica un gravamen del 25% a bienes por valor de 250.000 millones. La intención es activar un 10% para los 300.000 millones restantes. La Casa Blanca aclara que podría reconsiderarse si avanza la negociación.

Donald Trump insiste, en una nueva muestra de su estilo de negociación, que habrá aranceles hasta que se cierre un acuerdo. “No está satisfecho con el ritmo de los progresos”, añade Larry Kudlow, su principal asesor económico, “veremos qué pasa”. Asegura que el impacto en el consumidor estadounidense será “minúsculo”. “El efecto es mucho mayor para China”.

En términos globales, la brecha comercial de EE UU con el resto del mundo sigue al alza. Se incrementó un 3% en el primer semestre, a 417.600 millones. Si se mantiene este ritmo, superará el récord de 2018. El déficit acumulado con la Unión Europea entre enero y junio fue de 83.850 millones, un 12% más alto tomando como referencia el mismo periodo de hace un año.

La batalla arancelaria de Trump, como advierten los organismos internacionales y la Reserva Federal, es uno de los principales riesgos para la economía mundial, por la incertidumbre que genera. La tensión se hizo notar de nuevo en Wall Street, donde las pérdidas se fueron acelerando a medida que avanzaba la sesión.

EUROPA DA MÁS ACCESO A LA CARNE DE EE UU

La guerra comercial con China escala mientras Estados Unidos trata de llevarse bien con la Unión Europea. Los dos aliados transatlánticos firmaron este viernes un acuerdo por el que los productores de carne de ternera estadounidenses triplicarán las exportaciones al mercado europeo. “Es una gran victoria para nuestros rancheros y para el consumidor europeo porque la nuestra es la mejor carne del mundo”, afirmó Donald Trump durante un acto en la Casa Blanca.

El pacto resuelve años de dispuestas entre Washington y Bruselas en el marco de la Organización Mundial de Comercio. Los representantes europeos reiteraron que la carne estadounidense será de alta calidad y libre de hormonas. También insisten que el acuerdo es un ejemplo de que el sistema multilateral sirve para resolver desacuerdos y es un paso para relanzar la nueva agenda comercial.

Trump aprovechó el evento para vender el acuerdo como un logro político, ya que los agricultores serán claves para su reelección en las presidenciales de 2020. Los aranceles son su arma preferida de ataque para forzar la negociación. Durante el acto bromeó diciendo que trabaja en un acuerdo con la UE para aplicar “un gravamen del 25% a todos los Mercedes y BMW que entren en EE UU”. Nueva York. El País/Sandro Pozzi.

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