Arabia Saudí reconoce la muerte de Khashoggi y dice ahora que fue en una pelea en el consulado

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Arabia Saudí sostiene que dieciocho ciudadanos saudíes han sido detenidos. Trump ha asegurado que considera creíbles las explicaciones de Riad pero amenaza con sanciones

La Fiscalía General de Arabia Saudí aseguró este sábado que los resultados preliminares de su investigación sobre el caso del periodista Jamal Khashoggi muestran, según afirman, que murió en el consulado saudí en Estambul “después de una pelea con personas con las que se encontró allí”, según un comunicado citado por medios estatales. Hasta ahora, Riad no había admitido que el periodista, crítico con la monarquía absoluta saudí, había fallecido, tal como habían sugerido Turquía y Estados Unidos.

“Las investigaciones están todavía en marcha y 18 ciudadanos saudíes han sido arrestados”, asevera la nota, que afirma también que un asesor real, Saud al-Qahtani, y el número dos de los servicios de inteligencia, Ahmed Al Asiri, han sido despedidos de sus puestos. El comunicado no  ofrece más detalles sobre la relación de ambos con el periodista que desapareció en Turquía el pasado 2 de octubre cuando entró en la sede diplomática saudí.

Desde el primer momento, Ankara había afirmado que todo apuntaba a que Khashoggi había sido asesinado. En los últimos días, Turquía había dicho tener pruebas de que el periodista había sido descuartizado en una operación macabra en la que participaron 15 enviados saudíes, algo que por ahora no se ha confirmado. Por su parte, las autoridades saudíes han ido cambiando de versión según crecía la presión internacional. Inicialmente, sostuvieron que Khashoggi abandonó por su propia cuenta el consulado y que desconocían lo ocurrido.

Al Asiri es el antiguo portavoz de la intervención militar saudí en Yemen y un cercano asesor del príncipe heredero, Mohamed bin Salmán. The New York Times había informado, basándose en varias fuentes, de la intención de Riad de señalar por este caso al general. Según esta versión, el heredero habría dado a Al Asiri la orden de capturar y llevar a Arabia Saudí a Khashoggi —lo que ya constituiría un delito en sí mismo—, pero este se habría propasado en sus funciones al pedir al equipo enviado a Estambul que asesinase al periodista.

El comunicado fue emitido a última hora del mismo día en que el fiscal turco que investiga el caso tomó declaración a 15 empleados del consulado de Arabia Saudí en Estambul. Entre los interrogados en calidad de testigos, todos ellos turcos, se hallaban uno de los chóferes, un técnico y el contable del consulado, según informó la cadena CNN-Türk. Entretanto, la investigación policial ha ampliado su radio al Bosque de Belgrado y a la provincia de Yalova, donde se sospecha que podrían haber sido arrojados los restos de Khashoggi. La policía científica turca registró este viernes una furgoneta negra que se cree que podría haber transportado el cuerpo de Khashoggi desde el consulado a la residencia del cónsul general, Mohamed al Otaibi, quien abandonó Turquía el pasado martes.

Tras el anuncio saudí, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que consideraba creíbles las explicaciones de Arabia Saudí sobre la muerte de Khashoggi. En declaraciones a la prensa en Arizona, consideró el anuncio un “buen primer paso”, pero admitió que podría considerar “algún tipo de sanciones” contra Riad y que las pactaría con el Congreso, donde hay un enorme malestar con la cúpula saudí a raíz de la desaparición del periodista, que vivía en EE UU.

“Arabia Saudí ha sido un gran aliado, pero lo ocurrido es inaceptable”, afirmó el republicano y recordó que Washington todavía no ha terminado su propia investigación del asesinato. Trump había amenazado a Arabia Saudí esta semana con “consecuencias muy severas” si se demostraba su responsabilidad en la muerte de Khashoggi.

Al mismo tiempo, sin embargo, en los últimos días el presidente se ha mostrado muy ambivalente en la gestión de la crisis, que ha cuestionado su apuesta por el ascenso del heredero saudí. Ha avalado la versión de la monarquía saudí de que desconocía lo ocurrido, ha especulado con que el periodista podría haber sido asesinado por personas que actuaron por su cuenta y ha rechazado cancelar las ventas millonarias de armas a Riad. El mandatario también ha ensalzado la estrecha alianza militar y geopolítica con Riad, que tiene, como Trump, a Irán como su gran enemigo en política exterior.

En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se declaró “entristecida” por el anuncio de la muerte de Khashoggi y celebró que la monarquía saudí haya tomado “acciones para encontrar a los sospechosos” de la muerte del periodista.

Las primeras reacciones en el Congreso, donde se determinará presumiblemente un posible castigo a Riad, fueron mucho más escépticas. El senador republicano Lindsey Graham, un aliado de Trump y partidario de sancionar a Riad, criticó el cambio de versiones saudí. “Primero nos dijeron que el señor Khashoggi supuestamente abandonó el consulado y hubo una negación absoluta sobre una involucración saudí. Ahora, [se habla de que]se desató una pelea y es asesinado en el consulado y todo sin el conocimiento del príncipe heredero”, escribió Graham en Twitter.

Por su parte, el senador demócrata Tim Kaine consideró “insultante” la versión saudí de la muerte de Khashoggi y prometió una represalia: “Como que la Administración Trump no se alzará contra esta atrocidad, el Congreso debe hacerlo”.

Khashoggi vivía desde el año pasado autoexiliado en Virginia y escribía artículos de opinión para The Washington Post. Ademáshabía participado en debates académicos y televisivos sobre los cambios que se estaban produciendo en su país. Eso le dio una mayor proyección internacional, pero también un problema: la etiqueta de disidente.

BIN SALMÁN REFORMARÁ EL SERVICIO SECRETO

El rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, ha encargado al príncipe heredero y hombre fuerte del régimen, Mohamed bin Salmán, que reestructure los servicios de inteligencia del país, informa la agencia France Presse.

Bin Salmán está en el ojo del huracán por el caso Khashoggi. Los servicios secretos de EE UU creen que hay “crecientes indicios circunstanciales” que apuntan a que fue el autor intelectual del crimen.

Según la agencia Reuters, el anciano monarca, que en los últimos años había delegado numerosas funciones ejecutivas en su favorito y heredero, ha tomado las riendas de la crisis tras ver que la gestión de Bin Salmán ha llevado a que numerosas empresas y Gobiernos boicoteen un importante foro empresarial que tendrá lugar la próxima semana en Riad.

El objetivo es que la muerte del periodista, que había criticado al heredero en varios de sus artículos, salpique lo menos posible a la cúpula real saudí. El País/ Joan Faus. Riad. Washington

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