La lava proveniente del volcán Kilauea ha aumentado el territorio de la Isla Grande de Hawái en más de 1,5 km. Los expertos locales afirman que todavía no se sabe si la erupción está por acabar o si continuará.
Los flujos de lava desde el volcán se dirigieron hacia la costa y hasta el momento destruyeron centenares de casas.
Los flujos ardientes también evaporaron un lago entero en la región. Sin embargo, al alcanzar el océano, la lava se congela convirtiéndose en una parte de la isla.
Por consiguiente, la Bahía hawaiana de Kapoho logró expandirse. No obstante, el terreno demorará un largo tiempo en convertirse en una zona apta para fines agrícolas. Los expertos precisan que algunas plantas podrían aparecer dentro de poco, pero esto no será suficiente para que la zona tenga tierra fértil, según explica la experta en geología Janet Babb.
Al mismo tiempo, cabe reconocer que las plataformas formadas por lava pueden ser bastante inestables. Sin ir más lejos, un terreno formado durante 2016 y 2017 ya se ha separado de la isla y ha caído al océano.
Hasta el momento la erupción ha destruido más de 600 casas, mientras que otras siguen rodeadas por las corrientes de lava. Algunos de los edificios se utilizaban como casas de vacaciones, mientras que otros eran la única vivienda que tenían sus propietarios.
La erupción de Kilauea se considera como una de las erupciones volcánicas más devastadoras de la historia moderna.
