A Gloria la sacrificaron en un rito satánico, Neris falleció descuartizada en el interior de un “carro bomba”, a Andrea la quemaron después de violarla y el cadáver de Ana fue descubierto en un congelador. Ellas son parte de las 22 hondureñas que fueron víctimas de espeluznantes crímenes, ocurridos entre abril y mayo.
La cifra de muertes violentas de mujeres aumenta cada día, por lo que ni las organizaciones defensoras de derechos de la mujer, ni las de derechos humanos, grupos feministas e incluso las propias autoridades, manejan una cifra exacta.
Apenas actualizan sus datos para llevar el control estadístico de femicidios, horas después se produce un nuevo crimen.
Para el caso, entre enero e inicios de abril del 2018, se contabilizaban 127 mujeres muertas de forma violenta, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV- UNAH). En ese mismo período del 2017, la cifra fue de 124.
ULTIMADAS CON SAÑA
En lo que va del 2018, las muertes violentas de mujeres se aproximan a 140, según datos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), cuyos agentes investigan el paradero de los homicidas, especialmente en los crímenes acontecidos recientemente, que han horrorizado a la sociedad hondureña por el grado de saña contra las víctimas.
El Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, mediante una solicitud de transparencia, informó que “desde el 5 de abril del 2018 se presentaron muertes violentas de mujeres de tipo homicida, en este mes se registró 13 víctimas de muertes violentas, de las que el promedio de edades es de 34 años…”.
El 13 de mayo, Nancy Gabriela Alvarado falleció durante una balacera en el bulevar Morazán de Tegucigalpa, mientras viajaba como pasajera en un taxi colectivo.
“… la víctima que mayor edad tenía era de 50 años y la menor edad tenía 6 años. El día que más víctimas hubo fue el 22 de abril, que se registró un homicidio múltiple en Danlí, El Paraíso”, detalla el informe.
Asimismo, se señala que a mediados de mayo “se registraron 9 víctimas de muerte violenta, con un promedio de edad de 22 años; la víctima de mayor edad tenía 47 años y la de menor edad tenía 9 años”.
Los levantamientos de cadáveres se han producido en los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, El Paraíso, Choluteca y Olancho.
LOS CASOS MEDIÁTICOS
Para nadie en Honduras es desconocido que los casos criminales que trascienden en los medios de comunicación, son los que obligan a acelerar la justicia o esclarecimiento al aparato investigador del Estado, compuesto por la Secretaría de Seguridad con la Policía Nacional en la parte operativa; el Ministerio Público (MP) con los fiscales asignados a los casos y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), mediante los jueces que conocen las causas y pruebas presentadas, para poder dar sentencias contra los criminales.
Hoy en día, la carga investigativa se ha vuelto mayor porque casi todos los homicidios tienen características atroces, crueles o sanguinarias y se vuelven “emblemáticos”, no solo por la presión mediática, sino por el alto grado de odio y salvajismo con que los criminales consuman el delito.
Entre estos casos destacan un homicidio múltiple de Trojes, El Paraíso; el de la víctima de un ritual satánico, una fémina que “explotó” dentro de un “carro bomba”, una niña incinerada en un matorral, la mujer metida en un congelador, entre otros.
ALGUNOS CASOS EN INVESTIGACIÓN
- HOMICIDIO MÚLTIPLE EN TROJES
La mañana del pasado 21 de abril, atacantes con machetes les quitaron la vida a tres mujeres: una de 50 años de edad, otra, embarazada (31) y una niña de seis años. Junto a ellas también fue ultimado un niño de cinco años.
Las víctimas fueron identificadas como Laura de Jesús Martínez, Nely Cárcamo Sosa, Karla Sofía y José Alberto Vásquez.
Según el parte policial, las cuatro víctimas estaban al interior de una pulpería, fueron obligados a permanecer ahí mientras los maleantes robaban, para posteriormente infringirles a todos reiteradas heridas de machete en varias partes de sus cuerpos, lo que develó el grado de saña, incluso hacia los menores.
Sobre este hecho, la DPI capturó a dos personas, Eleazar Enoc Gutiérrez Chavarría y José Antonio Sánchez, a quienes se les decomisó ropa manchada con sangre y varios machetes, además de una cantidad de dinero. Ambos acusados fueron enviados a cárcel de Morocelí, conocida como “La Tolva” o “El Pozo II”.
El caso fue trasladado a la Fiscalía; el juzgado en Danlí, El Paraíso, decretó auto de formal procesamiento con prisión preventiva, pero aún no hay sentencia firme.
- SACRIFICIO EN “RITUAL SATÁNICO”
A Gloria Liceth Izaguirre Torres (41) le arrebataron la vida criminales con vestiduras negras, en un aparente rito satánico, la mañana del 5 de mayo. Su muerte, reportada a la línea de emergencia 911, sobrecogió a la población hondureña.
Izaguirre, según las investigaciones preliminares, fue raptada en la colonia Smith de Comayagüela, cuando regresaba de una pulpería a pocos metros de su casa, en donde había comprado azúcar, pan y café para el desayuno de sus hijos.
Los productos quedaron sobre el pavimento cuando desde un vehículo tipo turismo la obligaron a subir. Horas después, su cadáver apareció de rodillas frente a un altar improvisado por supuestos grupos satánicos, quienes luego de torturarla y drogarla, le clavaron un puñal entre su pecho y abdomen, dejándola desangrarse en la demoníaca escena del crimen. Hasta el momento, no hay ningún sospechoso capturado por esta muerte.
- MUJER DENTRO DE “FREEZER”
El 13 de mayo, Día de las Madres en Honduras, en la colonia El Sitio, en la capital, se encontró adentro de un congelador el cuerpo de una joven mujer de 31 años de edad. El cadáver de Ana Dalubia Zelaya Reyes fue depositado en el frigorífico, supuestamente por su propio marido, luego de reiterados episodios de golpes por causa de celos enfermizos.
La escena del crimen generó una vez más la conmoción de la sociedad hondureña. En las fotografías y videos se observó cómo Darwin Díaz, identificado por la policía como el principal sospechoso, la habría lanzado al interior del “congelador, ubicado en la parte trasera de la vivienda en la que ambos residían desde hace tres años, como una pareja de cinco años de convivencia”.
El nivel de “frescura” del supuesto criminal llegó a tal punto que incluso él mismo tapó la cabeza de la mujer con una bolsa plástica y la mantuvo varios días dentro del congelador, hasta que decidió llamar a los padres de la víctima, para avisarles el lugar en donde la había dejado manifestándoles en una llamada: “Ahí está su hija en el freezer, vaya a traerla”.
Posteriormente se dio a la fuga, llevándose su hijo de tres años de edad. Hasta este momento su paradero es desconocido, mientras que su pareja y madre del pequeño, yace tres metros bajo tierra, sin justicia.
- NIÑA INCINERADA EN MATORRAL
Santa Rosa de Copán, domingo 13 de mayo, la peor noticia que una madre puede recibir se la dieron a la progenitora de una adolescente de 13 años de edad, cuya vida le fue arrebatada por criminales.
Elementos del Cuerpo de Bomberos atendieron el llamado de un conato de incendio en un matorral, pero su sorpresa fue enorme, al ver el cuerpo en llamas de una niña.
De inmediato llamaron a los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), quienes registraron la escena del crimen como un cadáver desnudo, de una adolescente, en un incendio de zacatera en la zona conocida como Las Cidras.
Indagaciones del detestable crimen detallaron que la víctima salió de su casa con permiso para ir a felicitar a su madrina por el Día de las Madres, pero los familiares, al notar varias horas de desaparición, iniciaron su búsqueda.
Fue así que llegaron a los matorrales en donde contemplaban el incendio, presintiendo lo peor, ya que la casa de su madrina estaba cerca, pero el lugar del siniestro era un atajo que podría haber tomado la niña.
Los agentes de la DPI recolectaron testimonios de vecinos y pobladores en los alrededores, y analizan estadísticas de delincuencia en ese sector, pero solo existe un nombre de supuesto sospechoso: “Luis José”, identificado como el presunto violador y criminal prófugo de la justicia.
- DESTROZADA EN “CARRO BOMBA”
El 15 de mayo, un vehículo en el que se transportaba al menos cuatro personas, estalló cuando pasaba por la colonias Los Robles y Miravalle, en el departamento de Copán, al occidente del país.
La mujer, identificada como Neris Gissela López (27), fue la única que se encontró muerta y su cuerpo parcialmente mutilado estaba en medio del amasijo de hierro del carro, cuyo motor quedó totalmente desprendido. Según el parte policial, el hecho se registró cerca de las 11:00 de la mañana en La Entrada, Copán.
Los agentes policiales indicaron que hubo tres personas, Allan Chinchilla, conductor del carro y quien ya había sido víctima de un atentado en el pasado, y Olga Hernández, quienes fueron llevados a un centro asistencial. La mujer muerta era una enfermera.
Efectivos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) recabaron algunas pesquisas del extraño suceso, especialmente de la clase de explosivo utilizado, pero hasta hoy se desconoce si hay personas detenidas por considerarlas sospechosas del crimen.
- MADRE E HIJA PUTREFACTAS
El 20 de mayo, los cadáveres de una mujer y una niña fueron encontrados en estado de putrefacción, en un solitario lugar, al lado de la carretera que conduce al oriente de Tegucigalpa, en el kilómetro 9.
Las fallecidas fueron identificadas como madre e hija, Olga Betaris Cocoy Munguía, de 25 años, y su hija Eymi Milagro Velásquez Cocoy, de 8 años, originarias y residentes en Curarén, Francisco Morazán.
Ambas salieron desde su lugar de residencia hacia Tegucigalpa, para tramitar una visa americana para trabajar en los Estados Unidos de América. Ya habían tenido comunicación con las personas que supuestamente hacen ese tipo de trabajo, que suelen ser traficantes de personas o delincuentes que se aprovechan de la inocencia de ciudadanos carentes de información sobre esta clase de trámites legales.
Según la versión policial, la fémina y su pequeña, habían sido reportadas desaparecidas desde hace una semana por los familiares, quienes lamentaron además que la joven madre asesinada dejó huérfana a otra hija de 2 años, quien sin saber lo ocurrido lloraba por la falta de su madre, llamándola, sin obtener respuesta y ante la vista de su familia doliente en el lugar del sepelio.
La Tribuna
